Campaña CONTRA EL PECADO

Libérese de la opresión de su Pecado   "El Pecado"es la Raíz y el fundamento de todos los males. No nos engañemos creyendo que erradicando el hambre, la guerra, el terrorismo y las enfermedades, tendremos paz. Es necesario erradicar absolutamente la raiz de los males del mundo, que oprime y esclaviza al hombre y a las naciones de toda raza y condición. Por la paz, la libertad y la Verdad, que comienzan por la reconciliación personal con Dios, ayúdenos a propagar esta campaña.

Modo de Confesarse Te pondrás a los pies del confesor con aquella humildad, confusión y dolor con que se acercó el hijo pródigo a su padre, o con aquel arrepentimiento con que se acercó a Jesús la Magdalena. ...en el recogimiento de tus potencias y sentidos, te excitarás más y más a tu dolor de tus pecados, repitiendo a menudo actos de contrición y atrición. 

Luego que te corresponda llegarte al confesionario, te arrodillarás y juntarás las manos; después harás la señal de la cruz, e inclinándote profundamente dirás el yo pecador, etc., y darás principio a la confesión de esta suerte:

Padre, hace tanto tiempo que no me he confesado. Ya cumplí la penitencia (o no la cumplí). Tengo tal estado y oficio. He examinado mi conciencia; traigo dolor de mis pecados y propósito de la enmienda, y me acuso de cuanto he faltado. 

En el primer mandamiento me acuso de haber faltado... (Aquí dirás lo que hubieres hallado al examinarte).

En el segundo mandamiento me acuso... (También dirás las faltas que hubieres hallado pertenecientes a este mandamiento; si sabes el número cierto lo dirás y si no, el aproximado, o las veces que acostumbraste a faltar cada mes, cada semana o cada día).

De esta manera continuarás acusándote, siguiendo los mandamientos y obligaciones de tu estado, no callando ningún pecado ni disminuyendo su gravedad, ya sea por temor, ya sea por vergüenza, diciéndolos todos con humildad y claridad, los ciertos como ciertos y los dudosos como dudosos, del modo que los tengas en la conciencia; explicando si has pecado sólo o con otra persona, si ésta era pariente o qué estado tenía. 

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Después escucharás la exhortación del confesor con gran atención, sin pensar si te has olvidado alguno, ni en ninguna otra cosa; y mientras te da la absolución, profundamente inclinado dirás el acto de contrición:

Señor mío Jesucristo, etc.

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San Antonio María Claret - Camino recto y seguro para llegar al Cielo.