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El Don de la Divina Voluntad

En el evangelio Jesús nos dice unas pocas horas antes de morir, después de haber cenado con sus discípulos: "Muchas cosas tengo aún que decirles, pero no podéis llevarlas ahora; pero cuando venga Aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad completa. y os comunicará las cosas venideras." (Jn. 16, 12-13).

Ahora veamos este otro pasaje evangélico de S.Juan "Si os he hablado de cosas de la tierra y no creéis, ¿cómo creeríais si os hablase de cosas del cielo?" (Jn. 3, 12)

Esto nos muestra cómo Jesús quería hablarnos de cosas celestiales que en ese tiempo no íbamos a comprender ni creer, pues el hombre empezaba apenas a entender quién era Jesús. Pero nos dijo que el Espíritu Santo nos iba a guiar hacia la verdad completa y nos iba a comunicar las cosas que han de venir: El Reino de Dios. 

Este crecimiento gradual de la Iglesia en el conocimiento de Dios lo podemos notar en lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

"La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (DV 4). Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos." (Catecismo de la Iglesia Católica # 66).

Jesús vino a darnos a conocer el Reino de Dios, el Reino de su Voluntad, donde Él reine completamente, donde se haga la Voluntad de Dios, "aquí en la tierra como en el cielo", es decir, de un modo perfecto, teniendo los mismos pensamientos de Cristo, la misma Voluntad de Dios operante en cada uno de nuestros actos.

Por eso nos mandó en el evangelio a ser perfectos: 

ed perfectos como mi Padre celestial es perfecto. Mt 5,48 

¡¡¡ Con Bondad perfecta, Ominipotencia perfecta, Sabiduría perfecta, Eternidad perfecta, Amor perfecto, Inmesidad perfecta, Unidad Perfecta ... y así hasta el infinito... !!!

» Amplíe esta información ... ¿Cómo puedo ser Perfecto como El Padre?

Nos manda también ser UNO con Dios: 

ara que todos sean uno. COMO tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

Jn. 17, 23

¡¡¡ Yo en Jesús, el Padre en mí, yo en todos como el Padre en Jesús y Jesús en el Padre; yo en Jesús y Jesús en todos ... de la misma manera, santidad, perfección, amor, sabiduría, en que el Padre y el Hijos son Uno con el Espíritu Santo !!!

» Amplíe esta información ... Ser uno como el Padre y el Hijo.

Y nos manda: Amar COMO el Padre Celestial amó a Jesús: 

s doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. Jn 13,34

Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Jn 15,9

¡¡¡ Amar a los demás con Amor Infinito, Absolutamente Divino, Perfectamente Santo. Amarlos y crearlos junto con el Padre, amarlos y redimirlos junto con el Hijo, amarlos y santificarlos junto con el Espíritu Santo. 

Amarlos en cada partícula de la creación, en cada respiro mío, en cada comunión y santa misa, con ese mismo Amor Divino que todo lo transforma, que está en todas partes que respira en mí y en todos, que palpita en mí y en todos, que tiene contado los cabellos de todos los seres humanos, que sabe cuando y donde se cae una hoja de un árbol para amarnos, Uff  !!!

» Amplíe esta información ... Amaos los unos a los otros como yo os he amado

Lo que quiere Dios es que le dejemos obrar en nosotros, que lo dejemos amar en nosotros, respirar en nosotros, palpitar en nosotros, reinar en nosotros; que vivamos la vida del cielo, como nos dice en el Padre Nuestro "Aquí en la tierra como en el cielo".

A eso precisamente vino Jesús a la tierra, a hacer que volvamos a ese estado de justicia original para el cual fuimos creados, y esto nos lo dicen varios santos y el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 460:

"El Verbo se encarnó para hacernos 'partícipes de la naturaleza divina' (2 P 1, 4): 'Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: Para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios' (S. Ireneo, haer., 3, 19, 1). 

'Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios' (S. Atanasio, Inc., 54, 3). 'Unigenitus Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo' ('El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos participantes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres') (Santo Tomás de A., opusc 57 in festo Corp. Chr., 1)."

Si realmente queremos hacer la Voluntad de Dios aquí en la tierra como en el cielo, debemos conocerlo

, conocer todo lo que nos quiere dar para hacerlo sumamente feliz, conocer lo que nos ha dejado para llegar a vivir en el Reino de Dios, que bien se le podría llamar, el Reino de la Divina Voluntad. 

Debemos conocer cómo era la vida de Adán y Eva antes del pecado, pues a ese estado estamos llamados

; conocer cómo era la vida interior de María, la nueva Eva, que vivió perfectamente en la Voluntad de Dios, y es nuestra modelo; conocer lo que Jesús, nuevo Adán, hacía en su interior, para hacerlo también nosotros, unidos a Él.

Dios tiene un inmenso deseo de que se viva en su Voluntad y si te la está dando a conocer es porque quiere que vivas en ella

. Debemos corresponder a esa gracia que Él nos está dando y pronunciemos nuestro "Fiat", "hágase la Voluntad de Dios" aquí en la tierra como en el cielo, aquí en mi tierra, en mi alma, como se hace en el cielo.





Fiat Voluntas tua sicut in caelo et in terra