Suscríbase: Subscription

Vidas de Santos

Santoral Católico

Informativo diario - ACI

Informativo diario - ACI


Cargando widget...
Enlaces de la Santa Sede

Magisterio de la Iglesia

Santa Sede


chicos.divvol.org






Mapa del Sitio



Campaña CONTRA EL PECADO

¡Ya no más! ¡Proteste! ¡Confiésese!

Libérese de la opresión de su Pecado "El Pecado" es la Raíz y el fundamento de todos los males. No nos engañemos creyendo que erradicando el hambre, la guerra, el terrorismo y las enfermedades, tendremos paz. Es necesario erradicar absolutamente la raiz de los males del mundo, que oprime y esclaviza al hombre y a las naciones de toda raza y condición. Por la paz, la libertad y la Verdad, que comienzan por la reconciliación personal con Dios, ayúdenos a propagar esta campaña.


Antes del examen de conciencia Pedirás a Dios, quien te ha creado, que te muestre en qué lo has ofendido, habiéndote atrevido a rebelarte contra El, no habiéndolo querido conocer, ni amar, ni servir; le pedirás perdón por tu insolencia, le pedirás luz para conocer tus faltas, ayuda en tu memoria para recordarte de ellas y voluntad para desterrarlas y arrojarlas fuera de tu alma por medio de una sincera y dolorosa confesión. Te encomendarás así mismo a María, a tu ángel custodio y tus santos patrones.

Examen de conciencia Examinarás tu conciencia, discurriendo por los mandamientos de la ley de Dios, de la Iglesia y obligaciones de tu estado; verás en qué has faltado y cuántas veces. Si puedes averiguar el número fijo de faltas que has cometido contra cada uno de los mandamientos lo dirás; y si no, dirás las que poco más o menos te parezca hayas cometido, o el tiempo que duró tal vicio y las veces que solías faltar cada día o cada semana.

Examen sobre los mandamientos En el primero. Examinarás si has negado algún misterio de la santa Religión, o dudado de él. Si has proferido palabras contra la fe. Si has leído o tienes en tu poder libros prohibidos o que merecen serlo. Si has desconfiado de la misericordia de Dios. Si te has quejado de su providencia con odio contra Él o contra las cosas sagradas. Si has invocado al demonio, cooperado o creído en supersticiones, o consultado a los que obran por mal arte. Si te has valido de hechicerías para saber alguna cosa para alcanzar lo que pretendías o para librarte de algún mal, o llevas contigo algún objeto de estas hechicerías o estas supersticiones.

En el segundo. Si has jurado falsamente aunque sea por chanza y sin daño de tercero. Si has jurado con verdad, pero sin necesidad. Si tienes costumbre de jurar. Si has cumplido la penitencia medicinal que el Padre confesor te había impuesto para que te librases de algún vicio... Si has blasfemado de Dios, de la Santísima Virgen, Ángeles o Santos. Si has hecho votos o promesas a Dios, a la Virgen, a los Ángeles y Santos, y no has cumplido. 

En el tercero. Si has trabajado en día festivo... Si en los domingos y día de fiesta y obligación has asistido a la misa con devoción o si has estado hablando, durmiendo o advertidamente distraído, mirando objetos que no debías. Si en los días de fiesta has asistido a la instrucción, sermón y demás fiestas religiosas. Si en dicho día te has ocupado en otras obras espirituales, o únicamente en obras mundanas, a que habías renunciado en el Bautismo. Si desde el uso de razón has confesado a lo menos una vez cada año, y si lo has hecho bien. Si desde esa edad has comulgado al menos por la Pascua. Si desde los veintiún años has ayunado en los días señalados, de no tener algún impedimento. Si has faltado a las abstinencias. Si has presumido salvarte sin abstenerte de lo malo, ni arrepentirte, ni confesarte, ni hacer frutos dignos de penitencia, o si procurar hacer obras buenas.

En el cuarto. Si has ofendido a los padres, maestros o superiores con palabras, acciones burlescas y atrevidas o murmurando de ellos. Si has faltado a su obediencia al prohibirte andar de noche, juntarte con malas compañías y asistir a casas de juego y de peligro de pecar. Si has desobedecido cuando te han mandado asistir a la Misa, explicación del Catecismo, al Sermón y demás funciones de religión, recepción de Sacramentos y demás obras buenas. Si has obedecido en las cosas de casa. Si has hecho todo cuanto te han mandado, tan pronto como has podido y tan bien como has sabido. Si cuando te han mandado una cosa has puesto mala cara, refunfuñado o gruñido, has sido respondón o has dicho que no lo querías hacer. Si, siendo padre de familia, o encargado de ella, no has cuidado de la educación de tus hijos, etc., o les has dado mal ejemplo o permitido entre ellos algún peligro de escándalo. Si los has maldecido. Si has cuidado que asistiesen a la doctrina y que aprendiesen a oír la santa Misa. 

En el quinto. Si has tenido odio al prójimo, o le has negado el saludo o procurado vengarte de él. Si no has admitido la reconciliación, o le has dado algún escándalo o mal consejo. Si has insultado a alguno de palabra o de hecho, o has deseado para ti o para otro la muerte o algún otro mal.

En el sexto. Si te has entretenido en pensamientos torpes, aún sin ánimo de efectuarlos. Si has hablado deshonestamente, cantado o oído cosas impuras, o leído libros o papeles escandalosos. Si tienes figuras obscenas en láminas, cajitas, alhajas, etc. Si has provocado a persona de diferente sexo de palabra u obra, explicando las circunstancias. Si contigo mismo has cometido alguna torpeza o con modas indecentes has dado escándalo al prójimo.

En el séptimo. Si has intentado o deseado dañar los bienes de tu prójimo. Si has hurtado o retenido lo ajeno. Si no has cumplido las obligaciones de tu oficio, o devuelto lo hallado o restituido lo que debías restituir. Si comprando o vendiendo has cometido alguna injusticia en el precio, medida o calidad de la cosa. Si has prestado con usura excesiva. Si en las dudas de licitud de algún contrato no lo has consultado con el confesor. 

En el octavo. Si has mentido, y si ha sido con el perjuicio del prójimo; si has descubierto algún pecado grave oculto, aunque cierto, o sembrado discordia entre las familias. Si has formado juicios temerarios o criticado la conducta de tus superiores. Si no has restituido la fama quitada, y dado satisfacción al prójimo ofendido.

Los mandamientos noveno y décimo van comprendidos en el sexto y séptimo.

San Antonio María Claret - Camino recto y seguro para llegar al Cielo.