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HOMILIAS sobre "El Arbol de la Vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal"


Padre Pedro Rubio hdv

HOMILIA IV. (Lc 6,20-26) 13/09/1999.



Debemos mirar la luz y el árbol de la Vida, porque hay veces en que nos vienen tentaciones y dudas que nos inducen a turbarnos y quitarnos la paz aunque sea en un pequeño grado; si nosotros nos ponemos a contemplar la duda, aunque sea por un segundo, en ese segundo podemos llegar a contemplar una cantidad enorme de mayores tentaciones y razones por las cuales aquella tentación nos parece cierta; a esto contribuye nuestra imaginación, que mal utilizada, se va en cantidad de pensamientos hasta terminar creyendo en la mentira.

Muchas de las tentaciones vienen por ese mirarse a sí mismo, y si nos quedamos en esto, nos puede venir el pensamiento de que así como somos no podremos vivir en la Divina Voluntad. A cada instante podemos estar viendo siempre la luz o con la mirada en los problemas.

Tener la fuerza de voluntad de querer estar siempre viendo esa luz. Estar siempre ocupados en amar y en ver, contemplar, recibir el amor, para poder así dar amor, no ocupándonos de si lo sentimos o no, ya que esto es darle importancia a lo pequeño en lugar de poner la atención en lo grande: la certeza de la fe y la verdad. He aquí la importancia de tener la mirada fija en la Verdad: "Dios te ama".

Modo de alejar las turbaciones. Arrojarlas sin hacerles caso, pensar sólo en el amor, entender sólo el amor de Dios, ver cómo nos ama Dios para así no ser alejados de la unión con Dios.

Actividad de la Verdad si no se le hace caso a las turbaciones. La verdad sugerirá todo lo contrario a la mentira, creciendo así mas en esa unión con Dios.

Importancia del pensar positivamente y no negativamente. Esto es, servirnos de todo para reparar, para amar, servirnos de las causas y de las consecuencias de los problemas; de lo contrario si no reparamos, si no vemos las cosas en modo positivo sino todo en modo negativo, no podremos servirnos de la situación ni para conocer el amor de Dios ni para reconocer que todo es para su gloria (Aún en los sueños, saber soñar en orden, en la Divina Voluntad).

Tentaciones. A la tentación no hay que hacerle caso. La tentación entra ordinariamente en las cosas más simples de cada día y normalmente no en cosas no ordinarias para nosotros; el demonio gusta tentarnos por las vivencias de cada uno; utiliza modos sutiles, por ejemplo, a través de miradas, pensamientos; alimentarnos de esto es abrirle las puertas y exponernos a caer, porque nos puede llegar a convencer del engaño.

Diferencia entre tentación y caída. Una cosa es ver el árbol del conocimiento del bien y del mal y otra cosas muy diferente es comer de él. Caer en la tentación es comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, he aquí la importancia de estar comiendo del árbol de la vida para no caer en tentación. El árbol del bien y del mal (las tentaciones, las mentiras) está, se ve, pero no comemos de él, ya que el árbol del cual nos alimentamos, es el de la Vida. El alimentarnos del árbol del bien y del mal, es abrir la puerta para que entre la tentación.

Necesidad de meditar en estos puntos. Meditar y contemplar en el árbol de la Vida es importante para saber cómo vivir en el Reino de la Divina Voluntad, de qué alimentarnos y cuál debe ser nuestra actividad propia en este Reino.