Queridos hermanos
Como familia unida en Cristo, en la
Divina Voluntad, demos gracias a Dios “siempre
y en todo lugar”, sin cansarnos jamás,
por este admirable Don celestial que Jesús ha
venido a traernos, el don de su Voluntad Divina, pidiéndonos
a cambio y como limosna el don de nuestra pobre voluntad
humana.
Mi agradecimiento
para todos ustedes, quienes de muchas maneras apoyan
con generosidad las obras a través de las cuales
nuestra Comunidad va cumpliendo su misión en
la Iglesia. Les pido al mismo tiempo que no dejen de
ayudarnos con su vida, oración y ofrendas materiales.
Paternalmente
los exhorto también a que continuen correspondiendo
a Dios con el crecimiento en nuestra vida espiritual,
con constancia y con entrega desinteresada dentro nuestro
espíritu de vida interior y de formación
continua.
Extiendo sobre
todos ustedes, sus familias y allegados mi bendición
sacerdotal:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
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Padre Luís
Pedro Rubio hdv
Hijos de
la Divina Voluntad
2006 - 2007
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